RANSOMWARE DE BLOQUEO:
Este tipo de ransomware está diseñado para bloquear funciones básicas del equipo. Puede, por ejemplo, impedir el acceso al escritorio del sistema y restringir parcialmente el uso del teclado y del mouse. La víctima puede interactuar únicamente con la ventana en la que se le exige el pago de un rescate. Las demás funciones del equipo quedan inutilizables. El ransomware de bloqueo tiene un lado positivo: por lo general, restringe el uso del equipo, pero deja sin cambios los archivos. La información de la víctima rara vez corre el riesgo de desaparecer.
RANSOMWARE DE CIFRADO:
Este tipo de ransomware está diseñado para cifrarlos archivos más importantes de la víctima, como sus documentos, fotos y videos. El funcionamiento del equipo no se ve afectado en modo alguno. La víctima entra en pánico porque ve que sus archivos siguen allí, pero no puede abrirlos. Esta clase de malware muestra una leyenda en la que se exige el pago de un rescate y, por lo general, una cuenta regresiva. “Pague antes de que se agote el tiempo o perderá sus archivos”, advierte el software. Como no todas las personas tienen copias de seguridad de sus archivos en la nube o en un soporte externo, el ransomware de cifrado puede tener un impacto muy profundo. No sorprende que muchas víctimas paguen para recuperar su información.
Clases de ransomware más frecuentes son dos: